Siempre me ha llamado la atención esa serie de códigos que uno a diario utiliza y que le parece muy normal en su uso, sin embargo, cuando uno está con un extranjero es que se da cuenta de que los paisas somos muy raros, porque incluso hasta sistema métrico propio tenemos. La cosa comenzó en las recientes vacaciones, cuando llegué a una reunión de amigos donde estaban homenajeando a un chileno recién llegado y literalmente el hombre quedó gringo cuando nos oyó hablar.
Y como él empezó a dar papaya preguntando qué era una cosa y la otra, entonces ahí sí que se lo acabó de llevar el que lo trajo (aunque creo que lo trajo un taxi.)En toda la noche el hombre no pudo saber en el sistema métrico decimal normal a cuánto equivalía llegar en “par güevazos”, el pobre paciente sólo atinaba a decir un lago: “¿queeeé?”. Y entonces mis amigos le decían: “es como ir pitao, pero más borrao”.
Y entonces de ahí nació este artículo y es verdad, el pobre chilenito no estaba tan mal de la cabeza (algo atulampao, como dicen las mamás, pero nada más). Y el que sea verriondo que tire la primera piedra. ¿A cuánto equivale ir pitao? y ¿acaso eso es menos que ir enverracado?
¿Usted sabe en un velocímetro qué velocidad es la necesaria para llegar en “par güevazos” y en este sistema métrico paisa cuál es la velocidad máxima que se alcanza, el “par gúevazos” o ir “borrao”?
Y si uno pudiera llevar la discusión a otros estrados, como el Salón de la Justicia de los Superamigos, se podría identificar ¿a qué velocidad vuela Superman? en pura verraca o a mil? y la Mujer Maravilla cómo iba en su jet invisible: ¿al zoco o hacía como Batman, que siempre iba asao en el batimóvil?
Yo no sé, pero la cosa es medio complicada, porque si uno va “pitao” ¿en qué momento cambia de velocidad para lograr ir al “zoco” y si va al “zoco” cuándo es que uno se borra”y si se borra, entonces llega en “par güevazos” y si se borra más todavía, entonces ya es un automan y llega en un ” güevazos”.
Mejor dicho, el que le ponga números a este enredo se gana una volquetada de frunas, porque eso así no lo entiende ni el chileno del cuento ni nadie.
Y siguiendo con la historia, el hombre nada que caía. Que hablábamos muy raro, decía, además que hablábamos muy rápido. El pobre, todo decente él, en medio de una caterva de “garnufias” gozándoselo de lo lindo y el chilenito dando papaya. “Hombre, es que no entendés, ‘par güevazos’ es como ir al zoco, no tanto como ir enverracao, pero sí un toque más asao”.
El hombre relacionaba el zoco con el famoso zócalo mexicano, no tenía ni idea qué era andar enverracao y el asao tampoco le cuadraba y decía: “ah, es cuando uno va a invitar a una chica a comer carne asada”. y luego decía: “ah, ya sé, es llevar a la chica a un hostal” y más nos reíamos y le decíamos que sí, que si uno tenía mucho afan de llegar… pues al hostal, como le dice al motel, uno sí podría ir “asao”, al “zoco” o enverracao, pero no necesariamente. Lo mejor es que el sistema métrico paisa no se queda en cuestiones longitudinales, también se extiente a las medidas de peso.
Por ejemplo, ¿a cuánto equivale echarle un pitico de azúcar al café? o ¿cuántos kilos son necesarios para que eso no lo levante ni Mandrake?, y en caso de que Mandrake pueda, ¿cuántos kilos más son necesarios para que eso no lo levante ni el verraco (y eso que el verraco que yo conozco siempre es forzudito)?
Pueda ser que algún día exportemos este sistema métrico, como lo hicieron otras culturas hace tiempos, porque me parece que es mucho más divertido y creativo que los fríos números, además se presta para gozarse a cualquiera que dé papaya.
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